lunes, abril 29, 2013

With love, from me to you


With love, from me to you


Hace ya un tiempo que la gente ha dejado de confiar en los bancos.

Antes entrabas en una sucursal cualquiera y saludabas desde el cajero hasta el director, te hablaban sonriendo con franqueza mientras te acodabas en el mostrador como el que va a pedirse una caña  -¿Qué tal la familia? ¿Bien? Fernando Alonso está que se sale ...jajaja... bueno, bueno... ¿Dónde vas de vacaciones este año?- y replicabas al palique barato con vaguedades -ya sabes... tirando... no nos vamos a quejar, no?- o con ingenio -Oye, no te sobrará un milloncejo que os haya salido malo, uno pequeño, el que sea...- y desenfundabas la libreta de ahorro para la gestión que fuera. 

Ahora entras y te llaman señor Tal o señora Pascual, nada de sonrisas, y tú les escudriñas a los ojos mientras te hablan, concentrado, intentando escuchar la letra pequeña en sus palabras, consciente de que te la pueden meter doblada en cualquier momento. Esto crea un ambiente tenso en las oficinas y por eso muchas entidades se han lanzado a campañas publicitarias para lavarse la cara. Las manos no: las siguen teniendo sucias. Y no te digo los bajos.

https://www.facebook.com/streetartbcn

De todas, la que más me solivianta es una campaña de "La Caixa", que a ratos parece la de Médicos sin Fronteras, en la que los asesores de imagen hacen acopio de todo el almíbar y la moralina concentrada que tenían, y nos la descargan encima en plan  bukake. Toda la campaña utiliza como base una canción de los Beatles bastante pegadiza que traducida viene a ser: 




Si hay algo que desees
Si hay algo que pueda hacer
Sólo tienes que llamarme 
y te lo enviaré
Con amor de mí para ti
Tengo todo lo que quieras
Como un corazón que es tan fiel
Sólo tienes que llamarme
y te lo enviaré
Con amor de mí para ti


Habla de un amor arrebatado, incondicional, de un amante generoso dispuesto a darlo todo, que se entrega sin concesiones...   sin embargo, por lo que sea, el amado se encuentra lejos. Puede que esté despechado... por eso el amante se pone a sus pies, y le dice al amado que le llame  y le enviará lo que quiera, todo lo que quiera, de mil amores. 

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La letra original de los Beatles apenas está sugerida en el anuncio ("if there's anything that you want...") con una vocecita dulce de mujer... un chorrito de voz, casi ahogada. Es lo que le da el tono al anuncio: "sabemos que nos hemos portado mal, pero aún os queremos, de corazón, y con solo una llamada, volveremos a darte todo el crédito que quieras para que te vuelvas a endeudar hasta las cejas, y así, oh amado cliente, tu culito volverá a ser nuestro". 

Pero claro, con la cancioncita sola no bastaba. La gente ya está muy toreada... o mejor, siguiendo con el símil amoroso, los clientes de la era post-ladrillo son unos amantes mil veces desengañados, curtidos,  escépticos, como esa solterona de voz encallecida, tantas veces abandonada frente al altar, y que recita amargamente el leit-motiv de su vida, ese vil refrán que dice: "Prometer hasta meter; y luego de haber metido, nada de lo prometido". Que no cuela, vamos.


Así que le añaden la "fibra" Sí, a la gente la "fibra" le enternece, pero a mí sencillamente me provoca retortijones. Hablo de artillería pesada: niños, ancianos, familias, mujeres abrazando su vientre embarazado, síndromes de Down que sonríen, personas que rebosan honestidad y "humanidad" (valga la redundancia). Todo ello acompañado de un texto muy elocuente que parece una arenga militar, pero que se lee como un poema de Neruda... mmm... mezclado con retórica de autoayuda new age y que me da que pensar...






"ser fiel a ti mismo"... hmmm, ya. Es una forma elegante de definir el egoísmo, y que lo diga un banco augura que no piensan cambiar nada de nada. Porque ya son buenos. Nos quitan las casas, pero nos dan migajas. Son buenos y son grandes. Nos estafan con preferentes pero hacen bonitos anuncios con recién nacidos y nos hablan de la fatuidad de medir al hombre por la cantidad de bienes que posee. ¡Qué gran lección! Ya no me importa tanto mi dinero. Ni mi casa. ¡Gracias señor banco! La verdad es que no necesitaba aquel coche que me compré. Fue culpa mía si os pedí el crédito, no vuestra. Quise vivir por encima de lo que me tocaba porque en el fondo soy un ser mezquino y materialista, que estoy lejos de la verdad, ignorante y pequeño. Ahora lo veo claro, soy un puto currante, y pretendí tener casa y coche, como los señores de verdad, los que van a galas benéficas, al Liceu, y se sientan en los palcos. No supe ser fiel a mí mismo porque quise transgredir el orden social y olvidar que mi casta es la de los esclavos.

"La estrella eres tú", sí, la bolita naranja tu dinerito, y la roja, es el banco en sí. 
Esto no es la campaña publicitaria de un banco para limpiar su imagen... ¡No! Esto es una lección de  humanidad. Isidre Fainé es un mecenas porque nos da limosna, y porque nos da cultura. La cultura siempre ha sido de los ricos, pero como querían compartirla pues hicieron museos, y nos dejaron verla. Por eso el Sr. Fainé dice que no está nada bien que le obliguen a  alquilar los pisos (europapress) que tiene vacíos (o desalojados)  y que pretende seguir vendiéndonos a precios de burbuja. ¿Cómo podrá seguir haciendo caridad si no le dejan ganar dinero en paz? ¿Cómo va a ayudar a los pequeños si no le dejan ser grande? Grande de Catalunya. Sí amigos, ese piececito es el nuestro, y esa manota protectora y paternal es la del Sr. Fainé. 

A mí me parece casi cinismo. De modo que, como soy un tipo sincero y espontáneo, yo les propondría a los de la estrella, que hicieran una campaña más trasnparente, más fresca y desacomplejada, acorde con los tiempos modernos. Sería cuestión de coger el siguiente clip y donde sale la cara de Maluca, se pone la cara de Fainé (los rulos-lata de cerveza son innegociables). Y el estribillo:

"Lo tengo todo papi
lo tengo todo papi:
tengo tu casa, 
tengo tu sueldo 
tengo mucha CARA DURA!







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