jueves, junio 16, 2011

S.O.S POLITICIANS (Perroflauters are nazis!!!)

Jonathan Swift describe en "Los viajes de Gulliver" cómo en Liliput los candidatos a altos cargos públicos deben mostrar su destreza como funambulistas dando brincos sobre una cuerda floja a considerable altura. Cuanto mayor es la responsabilidad y atribuciones de su cargo, mayor debe ser la altura y la gracia de sus saltos. Lamentablemente estos equilibrios resultan a veces en rotura de extremidades e incluso muerte.

Swift tenía muy mala leche, sí señor. Y tenía claro que un gran poder exige también una gran responsabilidad. Pero no responsabilidad de "mira mi Luis qué responsable es, que ya va al videoclub él solito". No, señora. Mas bien responsabilidad de "Luis, chaval, si no devuelves las pelis porno a tiempo te llegará un recargo y tus padres se enterarán de que eres un pajillero".  Responsable de "responder" por tus actos.

Osea, que si la cagas lo pagues caro. Al estilo Imperial: Disculpas aceptadas, Capitán Needa!

 
 
 
Quizá no hace falta llegar a fracturar brazos y piernas, ni hacer uso de la Fuerza... pero oye, que en Islandia están enjuiciando a todo un ex-jefe de estado por su gestión en la crisis, y mientras aquí la clase política silba-que-silbarás mientras la gente clama justicia. Y los huesos fracturados para los sufridos contribuyetes: embargos de viviendas, sueldos congelados, desempleo, pérdida de derechos laborales y retroceso general en todo el sistema de bienestar. Lo que me extraña es que no nos cabreemos más y empezamos con la terapia de fuego.




Así que, la verdad, la que están liando por cuatro sipis y dos pintadas que se han llevado los honorables ministros... pues me huele a exageración victimista. Es lo que tiene aceptar un cargo público y la responsabilidad que ello conlleva. Algún día puede acercarse alguien y decirte "LADRÓN HIDEPUTA!" a la cara, que te zarandeen, que te tiren huevos cuando haces tu trabajo como el culo. Si lo pienso bien, me parece incluso un ejercicio de salud democrática.

Ayer nos enseñaban en la televisión pública catalana el estremecedor testimonio de Montserrat Tura, todavía alterada porque su abrigo había sido pintado con una X de spray negro. Decía la buena mujer algo así como "esta gente que se declara indignada y que tanto protesta, en realidad ejerce la violencia y la coerción propios de totalitarismos del pasado. Los NAZIS también marcaban a los judíos con una cruz en sus ropas!" ...ole tus huevos Montse...   hay para cabrearse con tanta demagogia... pero viniendo de alguien que se parece tanto al oficial de la Gestapo Arnold Ernst Toht de "En busca del arca perdida" pues me da como mucha risa.



Mi estado utópico no sería tan hardcore como el del autor de Gulliver. Yo impondría a todo aquel que quisiera ejercer un cargo político, desde el diputado más ilustre hasta el alcalde del villorrio más abyecto, que para llegar hasta su lugar de trabajo tuvieran que atravesar por una estrecha pasarela sobre un foso en llamas y sobre la entrada del hemiciclo la leyenda en letras de piedra color rojo sangre: "Recuerda que no estás por encima del ciudadano!". En latín, que da como más respeto. Flanqueando la pasarela, unos 2 metros más alto, dos galerías discurrirían paralelas y serían de libre acceso para todos los ciudadanos. Desde allí, podrían increpar a sus representantes, arrojarles fruta podrida y algún que otro sipiajo, o también vitorearles y aplaudirles si fuera el caso. Pero nada más. Y para vigilar que el ciudadano no se propasara, pondría a guardias uniformados al estilo soldado imperial pero con espadones de acero. Esto último no tiene ningún fin racional, simplemente me mola. Cuando tenga tiempo ya os haré un esquema en el Paint, que ahora me da palo y no tengo mucho talento para el dibujo... pero supongo que más o menos os hacéis una idea.

Yo creo que cada mañana, antes de ir al trabajo, harían un verdadero examen de conciencia sobre lo que hubieran hecho el día antes, y que antes de incurrir en prevaricaciones y corruptelas varias, o antes de redactar leyes injustas, se lo pensarían no dos, veinte veces.